Los pescados y mariscos son alimentos tradicionales en nuestra sociedad y de gran valor nutricional.
Las demandas de calidad exigidas por el consumidor obligan a la industria a mejorar los procedimientos extractivos y transformadores para ofrecer al público los productos que demanda.
En el sector de la industria dedicada a la transformación de los productos de la pesca, Río Blanco, S.L. ofrece una gama de aditivos de primera línea. Entre los productos comercializados destacan los preparados destinados al tratamiento de cefalópodos, estabilizantes en pescados, antimelanósicos en crustáceos y glaseantes de aplicación universal.
Entre los cefalópodos se encuentran especies de interés comercial con una textura demasiado rígida para ser comestibles sin un tratamiento previo. Habitualmente se prepara un baño salino en el cual se introducen los cefalópodos durante un tiempo determinado. Las sustancias activas presentes en el medio acuoso penetran en el cefalópodo y relajan las estructuras internas rígidas, permitiendo una mayor hidratación del tejido y con ello un incremento en la jugosidad del producto final.
Generalmente se asocia a las proteínas con la capacidad de retención de agua en función del pH en el medio y de procesos químicos diversos. Con la estabilización de los tejidos también se reducen las pérdidas de jugos que devaluarían la calidad nutricional del alimento.
Los productos desarrollados para los pescados consisten en estabilizantes de actuación similar a la expuesta para cefalópodos y que se aplican en filetes de pescado. Su acción directa sobre la solubilidad de las proteínas, relaja las estructuras y permite una estabilización de los tejidos. Además la gama se completa con productos para la aplicación mediante salmueras de inyección que mejoran la estabilidad, textura y color del producto final.
Tras la muerte de los crustáceos se inician una serie de reacciones internas que finalizan al cabo de unas semanas con un oscurecimiento intenso en zonas determinadas y que no se evitan ni aún congelando los mariscos inmediatamente a su pesca. El fenómeno se debe a la generación de melanina como producto final a una reacción de oxidación por parte de enzimas sobre los tejidos del crustáceo. Paulatinamente las enzimas catalizan la reacción y tras unas semanas el ennegrecimiento es visible e irreversible. Para luchar contra la melanosis se debe suministrar un medio reductor que neutralice la actividad oxidante. Los productos que Río Blanco, S.L. destina como antimelanósicos evitan el oscurecimiento y además aumentan el atractivo comercial al proporcionar una superficie más brillante.
Con el glaseo de los alimentos se persigue la protección de los productos congelados frente a los procesos de oxidación y rancidez de las grasas. La capa envolvente que recubre a los alimentos permite frenar el intercambio de sustancias y con ello aislar al alimento del contacto con el oxígeno. Además se mejora la presentación del producto al desarrollar un brillo de gran atractivo comercial.